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Nuestro patio trasero

El año pasado, debido a la pandemia y como consecuencia del efecto “no en mi patio trasero” (NIMBY por sus siglas en inglés) tomamos la decisión forzada de cambiar el lugar de nuestro proyecto del río Matías Hernández al río Juan Díaz, ambos en la ciudad de Panamá. Empezamos el proyecto en 2017 ya que estábamos cansados y frustrados mirar toneladas de basura flotando río abajo diariamente a los manglares y al océano. Empezamos a trabajar en el río Matías Hernández ya que es nuestro patio trasero.  

Basura a lo largo de los manglares de Costa del Este

En aquel momento, empezamos organizando limpiezas periódicas de los manglares, así como también investigando maneras de impedir que más basura llegara al océano, colectándola mientras aún se encuentra en el río. Al no tener mucha información, nos tomó dos años definir un sistema, ubicación, plan operativo, y tener a las autoridades y aliados claves alineados para permitirnos instalar una barrera flotante como piloto.

La barrera BoB instalada colectando la basura que flota en el río Matías Hernández

Como pionera en Panamá, nuestra BoB (Barrera o Basura) obtuvo mucha atención de la prensa, particularmente después de fuertes tormentas cuando grandes cantidades de basura se acumularon en la barrera. Desde el inicio, nos interesaba tener este piloto como una herramienta para generación de información, mejores prácticas e inspiración, de manera que otros pudieran replicarlo en tantos ríos como fuera posible. Invertimos mucho esfuerzo en maximizar la eficiencia de la barrera mejorando su capacidad de retención, y así el tiempo de remover la basura del río. Estudiamos la basura colectada pesándola y caracterizándola, tomando datos del volumen capturado, lo que nos permitió generar información interesante acerca del tipo de basura que flota en el río, la primera información de este tipo en un río de Panamá.

Resultados del estudio de caracterización de basura en el río Matías Hernández

Ya que nos encontrábamos trabajando en el río Matías Hernández, para nosotros fue lógico proponer este sitio para la convocatoria de propuestas de Benioff Ocean Initiative en 2019.  La pandemia de COVID y el inicio de la temporada de lluvias del 2020 nos golpearon antes de poder ejecutar esta donación y fue ahí cuando la acumulación de basura, combinada con las restricciones de mobilidad en Panamá, causaron molestias imprevistas a nuestros vecinos. A pesar de nuestros esfuerzos para mitigar estas molestias, no hubo tolerancia para nuestro proyecto piloto en el lugar. Este es un fenómeno común, mucha gente está de acuerdo con la protección del ambiente, pero no todos están dispuestos a sacrificar su comodidad, o poner parte de su tiempo o trabajo para contribuir a esta causa común.

Nos equivocamos al asumir que nuestros vecinos compartían nuestros objetivos de tener unos humedales y un océano (nuestro más grande patio trasero) libres de basura, particularmente en este proyecto que no tenía ninguna carga económica para ellos. A pesar de la legalidad de nuestra presencia en la zona, nuestra Junta Directiva no deseaba insistir en implementar un proyecto tan positivo en un lugar donde habría conflicto constante con la comunidad. Por lo tanto, el 29 de julio de 2020 removimos la barrera flotante. 

Desinstalación de la barrera el 29 de julio de 2020

Aplicamos nuestro recién adquirido conocimiento a la investigación de diseño y entender las características del nuevo lugar para el proyecto. Logramos identificar tres potenciales sitios. El lugar necesitaba tener ciertas características como proximidad a un río urbano y contaminado, acceso vehicular, electricidad, conexión de internet y muy importante -apoyo- de los vecinos además de las autoridades locales y otros socios claves. Dos de los lugares se ubicaban en el mismo río Matías Hernández y el tercero, en una cuenca cercana de un río diferente: el Juan Díaz.

Al inicio de este año, después de debatir mucho entre los pros y contras de cada sitio, analizar los diferentes aspectos políticos, sociales y económicos, nuestra Junta Directiva acordó mover el proyecto al río Juan Díaz.

La cuenca del Juan Díaz es una de las más grandes de la ciduad de Panamá, se encuentra densamente poblada en sus secciones media y baja, pero mantiene una importante cobertura de bosque en los orígenesdel río, y termina en un importante sitio Ramsar y en el Refugio de Vida Silvestre de la Bahía de Panamá. Estos humedales protegidos se extienden sobre 85,664 km2, y comprenden entre otros rasgos, lagunas, prados, bosques inundables y manglares.  Este es el hogar de muchas especies de fauna y flora, más de 295 especies de plantas, 25 especies de moluscos y crustáceos, 200 especies de aves, 74 de peces, y 50 de mamíferos.  Se han descrito más de 27 especies de cangrejos violinistas en este área protegida, muchas más que en ningún lado del mundo. Hay especies amenazadas globalmente que viven en este humedal incluyendo el cocodrilo americano (Crocodylus acutus), mono araña (Ateles geoffroyi), Oso hormiguero gigante (Myrmecophaga tridactyla), tapir (tapirus bairdii), y el manglar de té (Pelliciera rhizophorae)1

Mapa que muestra la diferencia de las cuencas de los ríos Matías Hernández (amarillo) y la del Juan Diaz (rojo)

Durante estos últimos seis meses hemos recolectado información, haciendo diferentes tipos de estudios (suelo, topografía, hidrología, hidráulica, impacto ambiental) necesarios para permisos, re-diseñando nuestro dispositivo para atrapar basura y planes arquitectónicos, y comunicando acerca del proyecto a los diferentes actores involucrados, autoridades, comunidad local, vecinos, sector privado y aliados de organizaciones sin fines de lucro, etc

Confiamos en que “todo pasa por algo” y que este retraso nos permitirá ejecutar un proyecto más robusto, con mejores aliados, mejores estrategias de comunicación, y la licencia social para operar efectivamente. 

De la pandemia y los desafíos relacionados: una oportunidad para repensar y reagruparse

Hace un año, estaba emocionada con la noticia de ser beneficiarios de Benioff Ocean Initiative (la Iniciativa Oceánica Benioff) y la Fundación Coca-Cola para un sistema para combatir la contaminación plástica en los océanos. Nuestra propuesta, compuesta por un sistema de captura de basura, uso de inteligencia artificial para identificarla,  investigación biofísica y socioeconómica,  y trabajo con la comunidad, proporcionaría información e inspiración para limpiar muchos otros ríos en Panamá y en el mundo. Para estos momentos, en octubre de 2020, esperaba que nuestro dispositivo impulsado por una rueda hidráulica estuviera en el río Matías Hernández, y nuestro trabajo con la comunidad y los investigadores estuviera bastante avanzado.

Sin embargo, la pandemia sin precedentes de COVID-19, forzó un cambio de  planes, y con ello, oportunidades no previstas. En marzo, el gobierno panameño declaró una de las cuarentenas más rígidas y largas del mundo, permitiéndonos salir de nuestros hogares por dos horas a la vez, día por medio, por un máximo de seis horas a la semana, según el género y el último dígito de nuestras identificaciones personales. Se cerraron tiendas, escuelas, áreas públicas y todos los negocios. Primero azotados por la incertidumbre y el miedo, luego transformado en ansiedad, tuvimos que adaptarnos y reinventar nuestros planes.

Hemos experimentado diferentes impactos de las restricciones de movilidad y cuarentena. Las oficinas públicas cerraron mientras preparábamos la documentación para los permisos necesarios para instalar nuestro dispositivo de recolección de plásticos en el río. Este período nos dio tiempo para reconsiderar los aspectos operativos del proyecto y, como resultado, y con la ayuda de arquitectos urbanos locales, hemos desarrollado un diseño operativo y de ingeniería nuevo, mejor integrado y visualmente más atractivo. Este diseño optimizado complementa el diseño del dispositivo inspirado en la rueda de basura de Baltimore (Trash Wheel por su nombre en inglés) creado por nuestros socios de Clearwater Mills.

Nuevo y mejorado concepto de diseño operativo y de dispositivos
Nuevo y mejorado concepto de diseño operativo y de dispositivos

Una vez que el dispositivo esté en el agua, el proyecto será enriquecido por la información científica que podamos aprender de él. Científicos investigadores de la Universidad Tecnológica de Panamá trabajarán para caracterizar el río Matías Hernández a través del tiempo y el espacio, incluyendo la fluctuación del nivel del agua y variables físicas; la ubicación de fuentes y sumideros de basura en sitios cercanos al río y lechos de ríos utilizando drones, y la categorización de microplásticos en agua y sedimentos. Investigadores de la Universidad de Oregon y la Universidad de Miami están estudiando los aspectos sociales, incluyendo cambios de comportamiento, conciencia sobre la generación, eliminación y formulación de políticas de residuos. Nuestro socio Wisy, un emprendimiento con sede en San Francisco, California, está adaptando su tecnología de reconocimiento de imágenes para la industria de bienes de consumo empaquetados, para caracterizar los desechos plásticos en el río Matías Hernández. Al mejorar esta tecnología, seremos capaces de reconocer los productos al final de su ciclo de vida y cuantificar el impacto de los residuos en el medio ambiente.

El componente social de este proyecto también se ha visto fuertemente impactado por la pandemia, dado que las comunidades de la cuenca media y alta del río Matías Hernández fueron consideradas puntos críticos de COVID-19, así como de las más afectadas por el desempleo y la violencia. Cuatro de nuestros primeros veinticinco participantes, del total de doscientos participantes del programa, fallecieron debido a complicaciones por COVID. Como se prohibieron los talleres y actividades presenciales, tuvimos que limitar nuestros planes de comunicación y el número de personas con las que esperábamos trabajar. La brecha de género y tecnología es mayor de lo imaginado en estas comunidades, y muchas necesitan compartir su teléfono celular, generalmente el único dispositivo que poseen, con sus hijos para sus clases en línea.

Scale distribution to program participants
Distribución de balanzas a los participantes del programa, para pesar desechos generados en sus hogares.

Para abordar el acceso limitado a las plataformas de comunicación virtual, recibimos una donación de tarjetas SIM de datos celulares de Digicel, así como sesiones virtuales de capacitación gratuitas de Microsoft para enseñar a los líderes de nuestra comunidad cómo usar la plataforma Teams. Los participantes del proyecto se están adaptando lentamente al entorno virtual y me siento alentada por su voluntad de mejorar sus conocimientos y habilidades.

Zoom meeting with the program participants and community outreach team
Reunión de Zoom con los participantes del programa y el equipo de trabajo comunitario

Si bien el COVID-19 presentó un camino más complicado y lento para implementar nuestros planes de captura de plásticos e involucrar a la comunidad, también nos ha brindado una oportunidad que no podemos ignorar. Nos ha abierto una puerta para aprender, reinventar nuestras metodologías y ser creativos en la forma en la que llevamos a cabo las actividades de nuestro proyecto. Dado que desde septiembre las medidas de cuarentena se han flexibilizado gradualmente, esperamos retomar nuestras actividades y poner en práctica estas lecciones aprendidas.

En Marea Verde, creemos en la cita de Howard Zinn: “Los pequeños actos, multiplicados por millones de personas, pueden transformar el mundo”.

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