This post is also available in: English (Inglés)
Era diciembre de 2019 cuando recibí el correo de Benioff Ocean Initiative ofreciéndome el trabajo con el proyecto de la Clean Currents Coalition o CCC (Coalición de Corrientes Limpias). Mi corazón latía muy rápido, emocionado de trabajar en algo tan positivo para nuestro planeta. Yo tenía varios años de experiencia trabajando en temas de plásticos en las islas Galápagos, pero nunca había trabajado en ríos. Me emocionaba pensar en ellos como las arterias de nuestro planeta, tan increíblemente valiosas, alimentando tantos diversos ecosistemas, transportando nutrientes de las montañas al océano, dándole forma a nuestras tierras y nutriendo muchas especies en su camino, ahora, tristemente, también llevando contaminantes químicos y plásticos.
La Clean Currents Coalition, estaba a punto de empezar intervenciones en nueve ríos, en nueve comunidades, trabajando con nueve equipos de campo innovadores para limpiar esas arterias de plástico. Al principio, todo era muy abstracto para mí: no sabía quienes eran estas personas, tenía que escribir sus nombres y los nombres de los ríos para evitar mezclarlos. No me imaginaba cuan involucrada estaría yo con esas personas, esos ríos, sus problemas locales y sus retos en los meses que vendrían. Se volvieron parte de mi vida, después de más de un año y medio de trabajar juntos, ya no necesito recordatorios, conozco sus nombres, sus sonrisas y la manera en la que trabajamos juntos para encontrar soluciones.
La pandemia de nos golpeó en 2020 y todos los equipos se enfrentaron a diferentes retos debido a ella. Los planes para involucrar a las comunidades tuvieron que esperar, las encuestas de monitoreo en cada sitio de trabajo estaban restringidas o eran imposibles de realizar. Algunas comunidades quedaron completamente sin movilidad, no podían acceder a los lugares de intervención en los ríos, algunos equipos tuvieron que cambiar de sitio de trabajo y empezar el arduo proceso de sacar permisos de operación otra vez. La importación de distintas piezas para los equipos no era posible o por lo menos tuvo que posponerse, algunos proveedores quebraron durante la pandemia, y se necesitó un ajuste a los presupuestos. Mientras nuestras intervenciones en los ríos se demoraban, los plásticos seguían flotando en esos ríos cada segundo hacia el océano a un volumen incluso mayor debido a que el uso de plásticos desechables aumentó considerablemente debido la pandemia. No ha sido fácil lidiar con los retos, pero ha sido una excelente oportunidad para ver la creatividad, resiliencia y capacidad de adaptación de todos los equipos de la Clean Currents Coalition en acción.
Hace un mes tuve la oportunidad de conocer en persona al equipo ecuatoriano de la Coalición, Ichthion, y visitar su sitio de intervención en la provincia de Manabí. Al ser mi primera visita de campo, estar en el lugar, conocer a la comunidad y mirar la acumulación de basura plástica en la desembocadura del río Portoviejo hacia el Océano Pacífico, fue sin duda una experiencia que me abrió los ojos. Andrés, el administrador del proyecto me contó que pocos meses atrás habían organizado un evento de limpieza en el lugar, pero tristemente ya estaba de nuevo lleno de basura cuando yo llegué. La “boca” como le llama la gente del lugar, estaba llena de plásticos atrapados en los manglares que son hogar de aves marinas, crustáceos y peces. Tierra adentro, en el sitio de intervención, en la comunidad de Picoazá, José Miguel, el ingeniero, me enseñó el lugar y me contó las complicaciones que se han suscitado. El Cambio Climático ya está afectando a nuestro planeta, y el río Portoviejo no es la excepción: la época de lluvia se ha vuelto más corta y la seca, más larga, de manera que el nivel del río es particularmente bajo. La parte mecánica del sistema Azure (desarrollado por Ichthion para capturar plásticos en ríos) fue diseñada y construida basada en datos del nivel del río de años pasados, sin embargo no se esperaban la sequía y que con ella el nivel del río bajaría tanto, por lo que no ha sido posible operar la máquina aún. Esta experiencia me abrió los ojos a esos detalles, ambientales y técnicos que deben tomarse en cuenta para que las intervenciones de captura de plásticos en ríos sean efectivas. Sin embargo, este grupo de profesionales está comprometido con que el proyecto funcione a pesar de los retos. Ichthion está evaluando posibles soluciones para que cuando la época de lluvias llegue y arrastre la basura en los diferentes cañones hacia el río, ellos estén preparados. Hasta que se hagan los ajustes necesarios para que la máquina funcione, están usando una barrera flotante para atrapar los plásticos que luego se recogen manualmente cada día.
La parte mecánica del sistema Azure y el sitio de separación de desechos José Miguel me muestra los planos
Muestra de plásticos recolectados por la barrera Barrera flotante con basura y material orgánico. Una garza blanca descansa sobre ella.
Picoazá no tiene agua potable, ni sistema de alcantarillado, muy poca gente tiene acceso a internet, e incluso energía eléctrica. Como muchas de las comunidades donde la Clean Currents Coalition trabaja, la comunidad está olvidada en términos de servicios básicos. Durante mi visita, tuve la oportunidad de conocer algunos miembros de la comunidad y participaren una actividad con ellos. Semanas antes de que yo llegara había un botadero de basura a la orilla del río, yo no la ví porque la comunidad había limpiado el área, y ahora tenían bambú y herramientas listas para construir un balcón y añadir recipientes para basura para empezar con su primer intento de reciclaje. La comunidad, el equipo de Ichthion, miembros de otras organizaciones locales y yo trabajamos en conjunto por unas 3 horas, hacían unos 35° C pero las actitudes positivas y las bromas hicieron el trabajo divertido.
El sitio del botadero limpio Las cañas de bambú listas para construir el balcón Midiendo el lugar para empezar el trabajo
Después de que el balcón estuvo terminado y los basureros colocados, vi las caras de las personas y los niños llenas de esperanza. Emiliano, uno de los líderes locales servía algo de beber a los voluntarios que lo recibían con alivio ya que hacía calor y todos estábamos cansados y sudorosos. Mariela, su esposa, nos sorprendió con un plato local de plátano verde, maní y cerdo que sirvió con café, y aunque soy vegetariana, acepté el plato con gratitud. Compartimos la comida mientras reíamos con las bromas, recordando los momentos divertidos que tuvimos mientras trabajábamos. Antes de que Ichthion llegara a Picoazá, la comunidad no tenía servicio de recolección de basura. Las gestiones de Ichthion con otras organizaciones locales han logrado que el camión de basura pase por la comunidad dos veces por semana. Ellos esperan que el balcón y los basureros instalados puedan ayudarlos a disfrutar de la vista del río y a desarrollar una relación diferente con este lugar. Estos pequeños cambios están marcando una diferencia para estas personas.
Trabajando en la estructura Estabilizando el piso Terminando la plataforma Trabajando juntos para que la estructura de caña quede bien ubicada Basureros ubicados frente al balcón
Trabajar en temas de plásticos puede ser frustrante. Es un tema tan complejo que está afectando las vidas de las persona, animales y plantas al rededor del mundo. Estoy agradecida de trabajar para la Clean Currents Coalition, limpiando nuestros ríos como las principales fuentes de entrada de plásticos al océano. Desafortunadamente, limpiar ríos no es suficiente. El problema global de la contaminación plástica definitivamente requiere soluciones integrales. Los gobiernos, sector privado y la sociedad civil necesitan comprometerse. Sin embargo, estar ahí en la provincia de Manabí, trabajando con la comunidad, riendo con los niños me recordó cuan poderosa es la colaboración. La contaminación plástica no se solucionará con un solo grupo, compañía o gobierno, y. ningún esfuerzo individual será suficiente. Necesitamos enfrentarnos a este problema desde diferentes ángulos, organizándonos y trabajando juntos, tal como esta comunidad transformó un botadero de basura en un balcón donde los niños pueden jugar y los adultos pueden apreciar el valor y la belleza de este rincón del río Portoviejo.
Selfie con los niños que jugaban con un pavo! Plataforma terminada con su techo y canastas de reciclaje